martes, 20 de marzo de 2018

MARTES, SEMANA 5 DE CUARESMA


Espera en el Señor y sé fuerte;
ten valor y espera en el Señor.

Sal 26, 14

Oración inicial    

Concédenos, Padre, perseverar en el cumplimiento de tu voluntad para que, en este tiempo en que vivimos, el pueblo consagrado a tu servicio crezca en número y en santidad. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Maestro y Señor. Amén.

DIOS NOS HABLA. CONTEMPLAMOS SU PALABRA.

I LECTURA

La fe siempre es un proceso. Dios nos libera, pero no terminamos de entenderlo. Tenemos que atravesar hambre o sed, y queremos volver a la vida anterior. Somos inconstantes, y deambulamos entre la fidelidad y la infidelidad. Pero Dios siempre está esperando, siempre estará con nosotros, porque es nuestro guía y compañero. Eso es inapelable.

Lectura del libro de los Números 21, 4-9

Los israelitas partieron del monte Hor por el camino del Mar Rojo, para bordear el territorio de Edóm. Pero en el camino, el pueblo perdió la paciencia y comenzó a hablar contra Dios y contra Moisés: “¿Por qué nos hicieron salir de Egipto para hacernos morir en el desierto? ¡Aquí no hay pan ni agua, y ya estamos hartos de esta comida miserable!”. Entonces el Señor envió contra el pueblo unas serpientes abrasadoras, que mordieron a la gente, y así murieron muchos israelitas. El pueblo acudió a Moisés y le dijo: “Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti. Intercede delante del Señor, para que aleje de nosotros esas serpientes”. Moisés intercedió por el pueblo, y el Señor le dijo: “Fabrica una serpiente abrasadora y colócala sobre un mástil. Y todo el que haya sido mordido, al mirarla, quedará sanado”. Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un mástil. Y cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba hacia la serpiente de bronce y quedaba sano.
Palabra de Dios.

Salmo 101, 2-3. 16-21

R. ¡Señor, escucha mi oración!

Señor, escucha mi oración y llegue a ti mi clamor; no me ocultes tu rostro en el momento del peligro; inclina hacia mí tu oído, respóndeme pronto, cuando te invoco. R.

Las naciones temerán tu Nombre, Señor, y los reyes de la tierra se rendirán ante tu gloria: cuando el Señor reedifique a Sión y aparezca glorioso en medio de ella; cuando acepte la oración del desvalido y no desprecie su plegaria. R.

Quede esto escrito para el tiempo futuro y un pueblo renovado alabe al Señor: porque él se inclinó desde su alto Santuario y miró a la tierra desde el cielo, para escuchar el lamento de los cautivos y librar a los condenados a muerte. R.

EVANGELIO   

Elevado por encima de todos los poderes, de todos los males, y de todos los límites, Jesús nos invita y nos atrae hacia él. Nos pone en movimiento y caminamos hacia una vida que nunca termina.

Ì Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 8, 21-30

Jesús dijo a los fariseos: “Yo me voy, y ustedes me buscarán y morirán en su pecado. Adonde yo voy, ustedes no pueden ir”. Los judíos se preguntaban: “¿Pensará matarse para decir: ‘Adonde yo voy, ustedes no pueden ir’?”. Jesús continuó: “Ustedes son de aquí abajo, yo soy de lo alto. Ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo. Por eso les he dicho: ‘Ustedes morirán en sus pecados’. Porque si no creen que yo soy, morirán en sus pecados”. Los judíos le preguntaron: “¿Quién eres tú?”. Jesús les respondió: “Esto es precisamente lo que les estoy diciendo desde el comienzo. De ustedes, tengo mucho que decir, mucho que juzgar. Pero aquel que me envió es veraz, y lo que aprendí de él es lo que digo al mundo”. Ellos no comprendieron que Jesús se refería al Padre. Después les dijo: “Cuando ustedes hayan levantado en alto al Hijo del hombre, entonces sabrán que yo soy y que no hago nada por mí mismo, sino que digo lo que el Padre me enseñó. El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada”. Mientras hablaba así, muchos creyeron en él.
Palabra del Señor.

MEDITAMOS LA PALABRA

Conocer a "Dios": Jesús nos lo revela.

-Vosotros, sois "de abajo"... Yo soy "de arriba" Vosotros sois de este mundo... Yo, no soy de este mundo...

Este mundo, del cual el hombre ha torcido el rodaje por su pecado. De hecho el mundo es bueno, es Dios quien lo ha creado, y "vio Dios ser todo muy bueno". Pero vino a ser un mundo malo cuando perdió su referencia a Dios.

Tú, Señor, no eres de este mundo. Tú no tienes pecado.

Contemplo tu persona: eres el santo, el hombre perfecto, el que se asemeja exactamente a lo que Dios ha querido crear.

-Si no creéis que Yo soy "el que es", moriréis en vuestros pecados.

"El que es" Es el nombre que Dios se ha dado en la zarza ardiente del Sinaí (Ex 3, l4) Es la palabra hebrea que designa a Dios: "Yahveh" = el que es.

Ningún auditor de Jesús podía hacerse ilusiones. Jesús se atrevía a aplicar a sí mismo esta palabra inefable que los judíos de su tiempo no se atrevían siquiera a pronunciar, ¡de tal manera les parecía imposible de nombrar! "El que existe". Tal es el nombre que Dios se ha dado.

Los contemporáneos de Jesús piensan en su muerte. "¿es que se va a matar?", acaban de decir. Y Jesús, muy sencillamente, les contesta: "Yo soy el que existe", el que dura más allá de todos los avatares del tiempo, soy el Eterno. Soy la vida-sin-muerte. ¡Prerrogativa divina!

-Le preguntaron: "Tú, ¿quién eres?" Jesús respondió: "Desde el principio, Yo soy" lo que os digo".

Tal es el misterio profundo de su persona.

"Desde el principio..." Fórmula solemne, con ella empieza el primer libro de la Biblia: "en el principio, creó Dios el cielo y la tierra". Y es también la fórmula que Juan escogió para el principio de su evangelio: "En el principio era el Verbo". Fórmula que trata de acercarnos al misterio de eternidad que es el de Dios: "El es, era, será..." Aquél cuya existencia no depende de nadie... ni de nada... Aquél que no ha "nacido" y que no "muere".

-Lo que le oigo a El -ellos no comprendieron que les hablaba del Padre- es de lo que Yo hablo al mundo... Yo no hago nada de mí mismo, sino que hablo según me enseñó el Padre.

Revelación de las relaciones entre el Padre y el Hijo.

Jesús está enteramente "vuelto hacia otro", "dependiendo vitalmente de su Padre", "recibiendo todo de El". Es Hijo de Dios.

No centrado en sí mismo, sino centrado en Otro.

Es lo propio del amor.

Dios es Amor.

Es lo propio de la "filiación": recibir la vida de otro.

-Y el que me envió está "conmigo". No me ha dejado solo, porque Yo hago siempre lo que es de su agrado.

Repetir y meditar largamente estas palabras... tan simples, y tan evocadoras.

Por Jesús, y en El me es ofrecida esta misma intimidad con Dios. ¿Me siento solo, quizá?

Ayúdame, Señor, a vivir "contigo".

"Hacer siempre lo que es de su agrado": he aquí una de las más perfectas expresiones del amor. Jesús es "amor del Padre".

Y por esto es también "amor nuestro". Amaos los unos a los otros como yo os he amado.

ORAMOS CON LA PALABRA

Dice el Señor:
“Cuando yo sea elevado sobre la tierra,
atraeré a todos hacia mí”.

Jn 12, 32

Oración conclusiva


Dios nuestro, que no rechazas con ira sino que prefieres mostrar misericordia a quienes esperan en ti, concédenos arrepentirnos de nuestros pecados, para recibir el consuelo de tu gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

¡Buena jornada!

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