jueves, 22 de marzo de 2018

JUEVES, SEMANA 5 DE CUARESMA


Cristo es el mediador de la nueva alianza
a fin de que, por su muerte, los que son llamados
reciban la herencia eterna que ha sido prometida.

Heb 9, 15
Oración inicial   
Escucha, Señor, nuestras súplicas, y protege con bondad a quienes esperamos en tu misericordia, para que, limpios de pecado, perseveremos en una vida santa y lleguemos a heredar tus promesas. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Maestro y Señor. Amén.

DIOS NOS HABLA. CONTEMPLAMOS SU PALABRA.

I LECTURA       

“En la mentalidad antigua el nombre de un ser no sólo lo designa, sino que determina su naturaleza. En realidad Abram y Abraham parecen ser dos formas dialectales del mismo nombre y tener igual significación: ‘Es grande en cuanto a su padre, es de noble linaje’. Pero Abraham se explica aquí por la asonancia con ‘ab hamòn’, ‘padre de multitud’” (Comentario de La Biblia de Jerusalén).

Lectura del libro del Génesis 17, 1-9

Cuando Abrám tenía noventa y nueve años, el Señor se le apareció y le dijo: “Yo soy el Dios Todopoderoso. Camina en mi presencia y sé irreprochable. Yo haré mi alianza contigo, y te daré una descendencia muy numerosa”. Abrám cayó con el rostro en tierra, mientras Dios le seguía diciendo: “Ésta será mi alianza contigo: tú serás el padre de una multitud de naciones. Y ya no te llamarás más Abrám: en adelante tu nombre será Abraham, para indicar que yo te he constituido padre de una multitud de naciones. Te haré extraordinariamente fecundo: de ti suscitaré naciones, y de ti nacerán reyes. Estableceré mi alianza contigo y con tu descendencia a través de las generaciones. Mi alianza será una alianza eterna, y así yo seré tu Dios y el de tus descendientes. Yo te daré en posesión perpetua, a ti y a tus descendientes, toda la tierra de Canaán, esa tierra donde ahora resides como extranjero, y yo seré su Dios”. Después, Dios dijo a Abraham: “Tú, por tu parte, serás fiel a mi alianza; tú, y también tus descendientes, a lo largo de las generaciones”.
Palabra de Dios.

Salmo 104, 4-9

R. El Señor se acuerda de su Alianza.

¡Recurran al Señor y a su poder, busquen constantemente su rostro; recuerden las maravillas que él obró, sus portentos y los juicios de su boca! R.

Descendientes de Abraham, su servidor, hijos de Jacob, su elegido: el Señor es nuestro Dios, en toda la tierra rigen sus decretos. R.

Él se acuerda eternamente de su Alianza, de la palabra que dio por mil generaciones, del pacto que selló con Abraham, del juramento que hizo a Isaac. R.

EVANGELIO     

Uno de los objetivos del evangelio de Juan es mostrarnos cómo Jesús se fue revelando a sus contemporáneos. El texto de hoy muestra un momento clave de esa revelación: su intimidad con el Padre. Y eso es algo que muchos no pudieron aceptar.

Ì Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 8, 51-59

Jesús dijo a los judíos: “Les aseguro que el que es fiel a mi palabra no morirá jamás”. Los judíos le dijeron: “Ahora sí estamos seguros de que estás endemoniado. Abraham murió, los profetas también, y tú dices: ‘El que es fiel a mi palabra no morirá jamás’. ¿Acaso eres más grande que nuestro padre Abraham, el cual murió? Los profetas también murieron. ¿Quién pretendes ser Tú?”. Jesús respondió: “Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. Es mi Padre el que me glorifica, el mismo al que ustedes llaman ‘nuestro Dios’, y al que, sin embargo, no conocen. Yo lo conozco y si dijera: ‘No lo conozco’, sería, como ustedes, un mentiroso. Pero yo lo conozco y soy fiel a su palabra. Abraham, el padre de ustedes, se estremeció de gozo, esperando ver mi Día: lo vio y se llenó de alegría”. Los judíos le dijeron: “Todavía no tienes cincuenta años ¿y has visto a Abraham?”. Jesús respondió: “Les aseguro que desde antes que naciera Abraham, yo soy”. Entonces tomaron piedras para apedrearlo, pero Jesús se escondió y salió del templo.
Palabra del Señor.

MEDITAMOS LA PALABRA

¡Querer vivir! Con Jesús, no ver la muerte jamás.

-Entonces tomaron piedras para arrojárselas...

No resultará inútil el representarse esta escena. Hostilidad.

Ambiente de homicidio. No se trata solamente de propósitos violentos: se busca camorra... llegarán a las manos... se pelearán.

-Pero Jesús se ocultó y salió del Templo.

Te imagino, Jesús, esquivando los golpes, huyendo, tratando de salir del barullo. Tu pasión va acercándose; pero no ha llegado todavía la hora. Huyes.

Pero, ¿qué es lo que habías dicho, Señor, para suscitar un odio tal?

-Jesús decía a los judíos: "En verdad os digo: si alguno guardare mi palabra, jamás verá la muerte." Y es por eso que están contra ti. Vienes a anunciarles la gran noticia, la única noticia importante: la victoria de la vida sobre la muerte.

Sin embargo esto es a lo que toda la creación aspira, si bien todo camina hacia la muerte. Y Tú vienes a anunciar el triunfo sobre la muerte, y no quieren creerte.

"Si alguno guardare mi palabra, jamás verá la muerte." ¡Cuánta confianza debemos poner en ti, Señor! Tú también pasaste por la muerte... ¡La has visto! Has experimentado lo que es morir. Y ello no fue especialmente dulce ni fácil para ti. Tu muerte fue violenta y atroz... hasta la última gota... suspendido a unos clavos.

Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.

Confío en ti, Señor. Espero la resurrección de los muertos.

-Ahora nos convencemos de que estás endemoniado.

Te toman por loco, por poseso.

Tienen alguna excusa. Se les comprende.

Sólo después de tu resurrección podrán verdaderamente comprender. Señor, ven en ayuda de nuestra Fe. Ayúdanos a dar el gran salto en lo desconocido. Ayúdanos a confiar en ti, hasta en la muerte, hasta el último punto imaginable... hasta no reservar nada para sí.

-¿Acaso eres Tú mayor que nuestro padre Abraham, que murió? Y los profetas también murieron. ¿Quién pretendes ser?

El debate está bien situado a su más profundo nivel. Comprenden muy bien que Jesús pretende ser Dios.

Y está aquí, el gran debate de la humanidad, el núcleo del gran problema. El único, en el fondo. Pues si la humanidad está destinada solamente al "agujero negro" entonces es inútil proponerse todos los "otros" problemas.

-En verdad os digo: Antes de que Abraham naciese, era Yo.

Siempre la misma afirmación serena y fuerte.

La existencia sólida. La roca. La vida. La eternidad. Dios.

Esto es lo que Tú aportas a la finitud humana, a la humanidad efímera.

Da, Señor, esta certidumbre a los que sufren. A los que se acercan a la muerte.

-No conocéis a mi Padre, pero Yo sí le conozco; y si dijere que no le conozco, sería un embustero... Entonces tomaron piedras...

Solamente Dios puede liberar al hombre de su fatalidad extrema.

¿Tengo en mí este "querer vivir"? ¿Qué hago para obtenerlo? Vivir con Dios. Conocer al Padre. Amar.

ORAMOS CON LA PALABRA

Dios no perdonó a su propio Hijo,
sino que lo entregó por todos nosotros;
por eso nos concederá con él toda clase de favores.

Rom 8, 32

Oración conclusiva

Sé propicio a tu pueblo, Señor, para que de día en día rechace lo que te disgusta, y encontremos la alegría en tus mandatos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


¡Buena jornada!

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