San José, esposo de la Virgen María
“Y José es ‘custodio’ porque sabe
escuchar a Dios, se deja guiar por su voluntad, y precisamente por eso es más
sensible aún a las personas que se le han confiado, sabe cómo leer con realismo
los acontecimientos, está atento a lo que le rodea, y sabe tomar las decisiones
más sensatas. En él, queridos amigos, vemos cómo se responde a la llamada de
Dios, con disponibilidad, con prontitud; pero vemos también cuál es el centro
de la vocación cristiana: Cristo.
Este
es el servidor fiel y prudente,
a
quien el Señor ha puesto al frente de su familia.
cf. Lc 12, 42
Oración
Dios todopoderoso, que pusiste bajo la
fiel custodia de san José los comienzos de la salvación humana, te pedimos que,
por su intercesión, la Iglesia pueda llevarla a su plenitud. Que caminemos esta
cuaresma en compañía de este Patriarca de la Iglesia y preparemos la renovación
de nuestras promesas bautismales en la próxima Pascua. Por Jesús nuestro Señor.
Amén.
I LECTURA
“En virtud de esta promesa incondicional,
David queda constituido fundador de una dinastía que será eterna, porque el
Señor no apartará de ellos su fidelidad”.
Lectura
del segundo libro de Samuel 7, 4-5a. 12-14a. 16
En aquellos días, la palabra del Señor
llegó a Natán en estos términos: “Ve a decirle a mi servidor David: Así habla
el Señor: ‘Cuando hayas llegado al término de tus días y vayas a descansar con
tus padres, yo elevaré después de ti a uno de tus descendientes, a uno que
saldrá de tus entrañas, y afianzaré su realeza. Él edificará una casa para mi
Nombre, y yo afianzaré para siempre su trono real. Seré un padre para él, y él
será para mí un hijo. Tu casa y tu reino durarán eternamente delante de mí, y
tu trono será estable para siempre’”.
Palabra de Dios.
Salmo 88, 2-5. 27. 29
R.
Su descendencia permanecerá para siempre.
Cantaré eternamente el amor del Señor,
proclamaré tu fidelidad por todas las
generaciones. Porque tú has dicho: “Mi
amor se mantendrá eternamente, mi fidelidad está afianzada en el cielo”. R.
Yo sellé una alianza con mi elegido,
hice este juramento a David, mi servidor: “Estableceré tu descendencia para
siempre, mantendré tu trono por todas las generaciones”. R.
Él me dirá: “Tú eres mi padre, mi Dios,
mi roca salvadora”. Le aseguraré mi amor eternamente, y mi Alianza será estable
para él. R.
II LECTURA
San
Pablo recurre a la historia del pueblo de Israel para decirnos que nosotros,
por la fe, participamos de la misma promesa. Somos un gran pueblo, el pueblo de
Dios, todos hijos de Abrahám, que caminamos con la gracia de Dios hacia él
mismo.
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma 4, 13. 16-18. 22
Hermanos: La promesa de recibir el mundo
en herencia, hecha a Abraham y a su posteridad, no le fue concedida en virtud
de la Ley, sino por la justicia que procede de la fe. Por eso, la herencia se
obtiene por medio de la fe, a fin de que esa herencia sea gratuita y la promesa
quede asegurada para todos los descendientes de Abraham, no sólo los que lo son
por la Ley, sino también los que lo son por la fe. Porque él es nuestro padre
común, como dice la Escritura: “Te he constituido padre de muchas naciones”.
Abraham es nuestro padre a los ojos de aquél en quien creyó: el Dios que da la
vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas que no existen.
Esperando contra toda esperanza, Abraham creyó y llegó a ser padre de muchas
naciones, como se le había anunciado: “Así será tu descendencia”. Por eso, la
fe le fue tenida en cuenta para su justificación.
Palabra de Dios.
VERSÍCULO Sal 83, 5
¡Felices los que habitan en tu casa,
Señor, y te alaban sin cesar!
EVANGELIO
José
es encargado de ponerle el nombre a Jesús. Con esto, José se hace padre,
incorpora a Jesús a la dinastía davídica y le da un lugar en la sociedad. José
le brinda a Jesús la posibilidad de crecer como un niño más y participar en la
vida social y religiosa de su pueblo. En la vida cotidiana de Nazaret, Jesús
experimentará lo que significa la palabra “padre”.
✚ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Mateo 1, 16. 18-21. 24a
Jacob fue padre de José, el esposo de
María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo. Jesucristo fue engendrado
así: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían
vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo,
que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió
abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció
en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa,
porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará
a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su
pueblo de todos sus pecados”. Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor
le había ordenado.
Palabra del Señor.
Servidor bueno y fiel,
entra a
participar del gozo de tu Señor.
Mt 25, 21
Oración final
Padre Dios, protege siempre a tu
familia, que alimentas con tu Palabra en la gozosa celebración de san José, y
custodia en todos nosotros tus fieles los dones que con tanta bondad nos
concedes. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
¡Buena jornada!
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